mayo 25, 2023
En nuestro país hay aún heridas de la violencia que duelen, que marcan la vida de nuestras comunidades. Sin embargo en este mismo país, con cicatrices profundas, hay personas que son faro en la oscuridad. Hoy en el día nacional de la dignidad de mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado destacamos a una mujer, emprendedora social, que desde su modelo de negocio lleva esperanza y resiliencia a otras mujeres que han sido sobrevivientes a este flagelo.
En RECON queremos compartir la inspiradora historia de Susan Andrea Avella Rico, una valiente, luchadora incansable que ha sanado desde su propia vivencia y ahora apoya a otras mujeres en su proceso de recuperación.
Ella es un ejemplo viviente de cómo el poder de la reconstrucción, de la sanación, puede superar incluso las pruebas más duras. Siendo sobreviviente de este flagelo, hoy a través de una su Emprendimiento Social Toma Mi Mano ha encontrado un espacio seguro para si mismas y otras mujeres donde su voz puede ser escuchada, su historia puede ser contada y su dignidad restaurada.
“Toma mi Mano y vamos a salvar vidas” dice Susan, de frente, sin nombres que protejan su identidad, porque desde hace mucho tiempo decidió ir de frente contra todo tipo de violencias de género, en especial la trata de personas con fines de explotación sexual.
Toma mi mano busca fomentar el desarrollo integral de las víctimas mediante la formación laboral y el empleo digno. Esto es más que un proyecto: es dignidad, es reivindicación, es resiliencia.
Toma Mi Mano suma 1050 mujeres beneficiadas. La primera fase consiste en la caracterización demográfica. En la segunda fase avanzan en el proceso de acogida donde las víctimas caracterizadas les hacen acompañamiento y oferta de servicios, con proceso de acogida donde se forman para el trabajo y pasan a una tercera fase, a la empresa SAS BIC certificada donde confeccionan y comercializan prendas a través de una marca de moda sostenible. La cuarta fase es un proceso de memoria histórica donde a cada una de las víctimas le tiene su carpeta donde se documenta de manera audiovisual el proceso de recuperación para convertirla a mediano y largo plazo en un documento académico que sirva para las mujeres y el país.
Hoy, estas mujeres son un ejemplo viviente de cómo se ha transformado el dolor en acción, esperanza, supervivencia y empoderamiento. Con su incansable trabajo, han fabricado en tan solo siete meses más de 55 mil prendas, generando una facturación de más de $250 millones. Pero su impacto no se limita solo a los números. Han brindado formación en confección a 400 mujeres vulnerables, creando 25 empleos directos y 25 empleos indirectos.
«Gracias a Toma Mi Mani he recibido apoyo en la formalización de la empresa y de la unidad productiva como SAS BIC, además del acompañamiento en el programa de mercados para las personas que trabajan con nosotros. Ha sido un apoyo oportuno, efectivo y muy de poder pertenecer a este programa con una mujer como ella, que inspira» cuenta María Paola Rendon, beneficiaria del programa.
Estas mujeres están escribiendo un nuevo capítulo en sus vidas, rompiendo las cadenas del pasado y construyendo un futuro lleno de dignidad y respeto. Son emprendedoras sociales valientes, visionarias y ejemplares. Nos inspiran a todos a creer en la capacidad de transformación y en el poder del apoyo mutuo.
«Quiero enviar un abrazo y saludo amoroso, un mensaje de esperanza, contarles que hoy las víctimas de violencia sexual estamos siendo emprendedoras sociales, estamos creando empresa, muchas mujeres desde los territorios, haciendo memoria, curando nuestras heridas desde los emprendimientos con propósito» expresa Susan Andrea cómo reflexión en el marco del día.
En este Día Nacional de la Dignidad de Mujeres Víctimas de Violencia Sexual en el Conflicto Armado, honramos a todas las mujeres que han sobrevivido y encontrado fuerza en la adversidad. Sigamos apoyándolas en su camino hacia la sanación y la construcción de un mundo más justo y equitativo para todos.