abril 12, 2023

 

En el corazón de Pauna, un pequeño municipio ubicado en el departamento de Boyacá, Colombia, un grupo de jóvenes está revolucionando la industria del Cacao con su emprendimiento social Kakaoteros. Este proyecto no solo ha cambiado la forma en que se cultiva y comercializa el cacao, sino que también ha tenido un impacto social significativo en la comunidad local.

En 2016 nace este emprendimiento en el Occidente de Boyacá, con el objetivo de brindar mejores condiciones para los cacaoteros que hicieron parte del proceso de sustitución de cultivos de uso ilícito reemplazándolos por la siembra de cacao. Kakaoteros trabaja directamente con las familias productoras de Cacao con el fin de obtener cacao premium y así mejorar las condiciones económicas de quienes lo cultivan.

Su ideal es que sus clientes encuentren notas de sabor de altísima calidad, pero también sabores de paz y reconciliación. Más allá de los sabores, los saberes dan un plus a este modelo de negocio con propósito, pues los jóvenes que lideran este emprendimiento social, que crecieron viviendo la guerra verde – la minería de esmeraldas- y mutó a la violencia de los cultivos ilícitos y el narcotráfico, están empeñados en que las nuevas generaciones no vuelvan al contexto de violencia de años atrás.

Nicolás Urbano, un joven campesino, el mayor de cuatro hermanos, es quien encabeza este emprendimiento social, pero para él, desde el nombre Kakaoteros, como le llaman a quienes cosechan el cacao, son la representación de la pluralidad, de la asociación, de la comunidad que trabaja unida por sembrar y cosechar paz.

“Con el permiso de nuestros ancestros te heredamos este delicioso chocolate elaborado con granos de cacao de las verdes montañas del occidente de Boyacá, Colombia, territorio de donde no solo brotan las mejores esmeraldas del mundo sino también historias que bailan entre las estrellas, sonríen y se abrazan al ritmo de la paz y la reconciliación, de la que ahora haces parte” es el mensaje que los Kakaoteros entregan a los aliados y consumidores de sus productos a base del mejor Cacao.

 

Cada persona es importante y aporta a este proceso, dice orgulloso de contar logros de Kakaoteros y de contribuir a que el primer territorio en Colombia en ser declarado libre de cultivos ilícitos por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, siga cosechando frutos que construyen tejido social.

“Desde Kakaoteros estamos aportando a cambiar esa imagen que trasciende lo ilegal, la violencia, y le da ese sentido de paz, de oportunidades, de jóvenes que quieren de alguna manera regresar a ser semilla de nuestro campo. Los cultivos de uso ilícito no han vuelto y no volverán”, expresa Nicolás, profesional de ingeniería Agroindustrial y quien aplica todos sus conocimientos para fortalecer a su aliados cacaocultores.

 

Una asociación de kakaoteros, una familia que construye paz

Actualmente trabajan con dos asociaciones de pequeños agricultores que reúnen más de 400 familias cacaocultoras. Junto a estas familias hacen toda una transferencia tecnológica y de conocimientos, acompañamiento y asistencia técnica para generar mejoras en los procesos de siembra, cosecha, post cosecha, brindarles acceso a infraestructura, en donde los productores son los principales beneficiados. Cuenta Nicolás, con orgullo, que prefieren sacrificar el crecimiento rápido como empresa para apostarle a ese factor diferencial de apoyo a sus aliados, generando estrategias como un tour ecoturístico para que se puedan generar mejores ingresos para los productores, o dinamizar un voluntariado que les permita crear sinergias y mayores oportunidades de comercialización.

“En Kakaoteros no solo negociamos con el productor de Cacao sino con la asociación, una mesa de tres donde hay reglas claras y transparentes. Nosotros perfectamente nos podríamos saltar la negociación con la asociación, pero no lo hacemos para incentivar la producción de calidad y la asociatividad. Nuestros precios son entre 10% y 15% sobre el precio nacional para el agricultor y también para la asociación. No es lo mismo trabajar individualmente que en equipo, con alguien que los represente”, detalla Nicolás.

Sin embargo son más de 1200 familias de cacaoteros del occidente de Boyacá a quienes representan indirectamente apoyando y visibilizando su trabajo con el cultivo de Cacao, sus necesidades, y sobre todo, impulsando ese compromiso de seguir sembrando y cosechando cultivos de paz.

“Todos los días nos levantamos con la idea de representar a todas esas comunidades marginadas de las que muchas veces se conoce solo lo malo, convencidos que si un joven en el Catatumbo escucha la historia de un hijo de un excocalero, capaz de sacar adelante un emprendimiento social donde su base es el cultivo de Cacao, que está posicionándose a nivel nacional, probablemente le da una opción en su mente de no tomar los caminos violentos, sino el de la legalidad y la paz. Por eso decimos que Kakaoteros quiere ser la excusa de unir al mundo”, reflexiona Nicolás.

 

 

Más allá de contar una historia exitosa de reconversión productiva de territorios rurales afectados por el conflicto armado y la presencia de cultivos ilícitos, Kakaoteros es un ejemplo inspirador de cómo el emprendimiento social puede ser una herramienta poderosa para generar impacto social en comunidades locales. Este proyecto demuestra con resultados que es posible construir un modelo de negocio rentable y sostenible, que tenga en cuenta las necesidades de los territorios y contribuya al desarrollo sostenible de su comunidad.

Kakaoteros es paz, es ejemplo, es construcción de tejido social, es sostenibilidad e impulso al agro colombiano. Este modelo de negocio con propósito trascendió la comercialización de un producto a lograr a través de innovación mejorar la calidad de vida de miles de personas como la de doña Emilse, don Roberto, don Luis en territorios como San Pablo de Borbur, Pauna, Otanche, La Victoria, Quipama, en Boyacá.