octubre 23, 2019

La crisis por falta de agua potable afecta a 4 de cada 10 personas. Ante este panorama, Julio César Enríquez creó un desalinizador solar para tratar de mitigar este problema, por lo menos, en algunas regiones de Colombia.

El planeta contiene más de mil millones de billones de litros de agua; del total, 97 % es salada, lo que quiere decir que no es apta para el consumo humano. Del 3 % restante, que corresponde al agua dulce, dos tercios están retenidos en glaciares y capas de hielo. La mayor parte de lo que queda está en el suelo. El resto, que corresponde a una mínima fracción, es para los seres vivos, que no solo la necesitan para beber, pues casi todo lo que hacen involucra agua.

El panorama es desalentador y la humanidad ya está sintiendo la escasez de este líquido. Un ejemplo de ello es Ciudad del Cabo (Sudáfrica), que, tras un año de profundas sequías y acuíferos sobreexplotados, se vio cerca de convertirse en la primera urbe del mundo en quedarse sin agua. Ese fue el primer caso, pero no el último. Según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, hay once ciudades en las que el preciado líquido podría faltar. Ciudad de México (México), Yakarta (Indonesia), El Cairo (Egipto) y São Paulo (Brasil) hacen parte de esta lista.

Frente al actual panorama cabe preguntarse: ¿qué pasaría si el agua potable se acaba? ¿Cómo sobreviviríamos a una escasez de este líquido en los próximos años? Estas son solo algunas de las preguntas que se planteó Julio César Enríquez, un pastuso de 37 años, cuando estaba por terminar su maestría de Ingeniería ambiental, en la Universidad Mariana, en Nariño. La respuesta: crear un desalinizador solar, con el que trataría de ayudar al mundo con la crisis de agua. Las barreras: la falta de apoyo y credibilidad por parte de organizaciones y el Estado. El Espectador habló con él.

¿De qué se trata el proyecto de desalinización solar?

Es un proyecto pensado en 2012 que busca producir agua potable de manera fácil y económica, desalinizando el agua de mar por medio de energía solar. Esto beneficiaría, en primer lugar, a las comunidades más vulnerables o en difícil situación que hay en Colombia. Podría ser un modelo que puede expandirse si se consigue respaldo.

Surgió como una idea de investigación en la Maestría en Ingeniería ambiental para tratar de mitigar una de las problemáticas que existen en el municipio de Tumaco. Allí hay varias comunidades que se encuentran en difíciles condiciones de saneamiento básico. Sin embargo, esta región cuenta con el recurso del mar y unos factores climáticos que se pueden aprovechar, como la energía solar.

Dice que el agua es potable, ¿cómo lo comprobaron? ¿Bajo qué estándares se pudo establecer?

Al iniciar la investigación no estábamos seguros de que el agua desalinizada se podía consumir; por lo tanto, se enviaron varias muestras a los laboratorios de la Universidad Mariana, dando un resultado favorable de acuerdo con los parámetros básicos que exigen las principales normas que rigen el tema de calidad del agua en Colombia, que son el decreto 1575 y la resolución 2115 del año 2007, en las que se establece el sistema para la protección y el control de la calidad del agua para consumo humano. Entonces se encontró que el líquido que pasaba por nuestro dispositivo al finalizar el proceso contaba con el oxígeno disuelto, porcentaje de salinidad, pH y dureza, entre otros, que son aspectos básicos para declararla potable. Existen otros parámetros más amplios, pero nuestro prototipo pudo quedar dentro de los básicos en Colombia.

¿Cómo es el proceso de desalinización que realiza?

Se utiliza un dispositivo denominado desalinizador, construido con materiales de fácil consecución, como madera, polietileno y vidrio, entre otros; en el cual se deposita cierta cantidad de agua de mar previamente filtrada y teniendo en cuenta los factores climáticos de la zona.

El dispositivo fue construido por nosotros de forma artesanal, y aunque existen en YouTube tutoriales para crear desalinizadores, el nuestro está aprobado y cuenta con bagaje investigativo, parte científica en cuanto a variables como las condiciones de la zona (se tuvieron en cuenta datos del Ideam), radiación solar, trayectoria del sol, humedad y temperatura ambiente, entre otras.

Este proyecto lo componen personas de varias partes del país que intervienen en la construcción del dispositivo, optimización del sistema, comercialización y difusión del proyecto. Por ejemplo: en Tumaco hay una chica que es administradora de empresas y difunde información sobre el desalinizador, en Bogotá hay un joven que trabaja con energía solar y cuento con el apoyo de albañiles para la construcción de las máquinas, entre otras personas, que al final hacen posible el proyecto.

¿Por qué apostarle a la sostenibilidad?

A pesar de los diferentes problemas que tiene el municipio de Tumaco, también tiene muchas ventajas climáticas y una de ellas es la energía solar, que se puede aprovechar para brindar agua potable segura y a bajo costo. El tema de la sostenibilidad es muy bonito. Nosotros lo que quisimos fue darle paso al uso de las energías renovables con el fin de no generar impactos negativos al ambiente, además de crear conciencia en las comunidades sobre el cuidado y la preservación de nuestros recursos naturales.

¿Cuántos litros de agua están produciendo al día?

El prototipo actualmente produce siete litros en promedio por día y por metro cuadrado. Cifra que puede variar de acuerdo con las condiciones climáticas. Y aunque el proyecto ya se aprobó, no se ha puesto en marcha por falta de apoyo de los gobiernos locales y otras entidades competentes. En Colombia hace falta darle la importancia que se merece a este tipo de iniciativas, que benefician a las comunidades que más lo necesitan.

El agua que producimos tiene un sabor particular, un sabor diferente a la tratada, que no es desagradable y eso se debe al porcentaje de carbonatos que contiene. Hay un poco de desnivel en la dureza, que aunque no quiere decir que no sea potable, sí es un ajuste que estamos realizando. Solo se trata de un filtro de carbonatos, para que en el futuro tenga un sabor más parecido al del agua tratada.

¿Cómo es liderar un proyecto sostenible en Colombia?

En el país hacen falta apoyo y espacios para liderar. Se necesita un liderazgo sostenible por parte de los gobiernos que trabaje en conjunto por la ciudadanía, que exista una armonía y que además perdure en el tiempo. Pero la ambición y falta de conciencia de unos pocos entorpecen el buen camino que deben llevar los proyectos. Sin embargo, existen entidades que visualizan, apoyan y fortalecen el liderazgo; por lo tanto, se considera que el liderazgo sostenible se encuentra en desarrollo.

¿Cómo hacer para impulsar más proyectos sostenibles en Colombia?

Brindar más espacios e incentivos por parte del Gobierno en alianza con entidades públicas, privadas, ONG, etc. Que se motive a utilizar las energías renovables de acuerdo con el contexto de cada zona.

¿Por qué considera que el proyecto es sostenible?

Es sostenible porque se usa energía renovable, no pone en peligro la supervivencia del planeta, utiliza la energía solar para solventar una necesidad sin causar impactos negativos al medio ambiente y además de esto se genera sensibilización para conservar y proteger los recursos naturales.

Para conocer más sobre este proyecto, hablamos con Andrés Santamaría, director de Recon, quien afitrma que “el desalinizador solar es un proyecto sostenible que brinda agua potable a bajo costo a las comunidades más vulnerables cercanas al mar. Los resultados que han obtenido demuestran que el sistema funciona, obteniendo en promedio de cuatro y medio a siete litros por metro cuadrado. El Laboratorio de la Universidad Mariana analizó el agua obtenida, dando buenos resultados en cuanto a su calidad. Se convierte así en una iniciativa con mucho potencial para ser la solución que necesitan comunidades vulnerables para acceder al agua potable en zonas costeras”.

“Además es un emprendimiento que tiene su visión alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues con su labor aporta al cumplimiento de los siguientes objetivos: salud y bienestar, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, reducción de las desigualdades y ciudades y comunidades sostenibles. Actualmente está entre los mejores 72 emprendimientos sociales del país que se presentaron a la Convocatoria Recon 2019 y busca quedar entre los 18 finalistas, mediante votaciones públicas”.

Pasos para el proceso de desalinización 

Vía: El Espectador
Por: Ingrith Gómez
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